viernes, 16 de octubre de 2015

EL REINO DE AKABA



EL REINO DE AKABA
Uno de las mayores premios del oficio de escribir es conocer a gente interesante. Como a mi compañero y amigo Tino Cuadrado. El otro día estuve presentando su libro junto a Federico Correa Gil de Biedma y lo pasamos bien. Además fue un placer prologar este excelente libro de aventuras.
Ahí va lo que escribí tras la lectura de este preciosa novela.



"La magia de las palabras"

La palabra mitología procede de la unión de estos dos vocablos griegos: Mythos (discurso o relato de hechos) y Logos (Habilidad para expresar oralmente los pensamientos).

Por tanto, la mitología sería un conjunto de mitos, es decir, de relatos  o leyendas que configuran la profunda tradición de una cultura  que arranca en la antigüedad de los tiempos.

Estos mitos han llegado hasta nosotros gracias a los primeros magos de las palabras: aquellos narradores orales, que contaban y transmitían las historias de su pueblo para cohesionarlo por una parte y, por otra, para  que no se perdieran. Una de las grandes mitologías de la antigüedad, junto con la griega y la romana, es la escandinava o vikinga, que da cimiento a la original historia de “El Reino de Akaba”

Así que los escritores de ahora, en realidad, seríamos los herederos de aquellos narradores  de las mitologías, que buscaban, sobre todo, el origen  de la existencia de su pueblo y, aún más, la misión especial que recaía sobre el mismo y que no debía provenir de ninguna otra fuente que no fuera el dios, su dios, que los había creado y que era, de alguna manera,  a su vez,  su rey.

Yo conocí a Tino Cuadrado  precisamente en un crucero por el Mar Báltico, donde él,  entre otras cosas, ya se documentaba sobre este libro primigenio que debería  ser el primer aldabonazo de su carrera de escritor. A mí me habló entonces mucho de él, mientras compartíamos aquellos maravillosos atardeceres  en cubierta.

Pero, luego, arrancó su carrera publicando dos novelas espléndidas: “El último hogar que nos queda” y “Los amores infinitos”, mientras dejaba fermentar en su bodega, hasta que adquiriera la textura y el poso que él buscaba, este “Reino de Akaba” que, es entre otras cosas, un profundo y sentido homenaje a la vocación de escritor, oficio que ya entonces los dos abrazábamos  con determinación en nuestro interior.

Y en esta novela, a través del joven protagonista Samuel, el autor trata de unir precisamente aquel mundo primero de los narradores de las mitologías con el escritor de hoy que, como aquellos, sólo atiende a los códigos de compromiso y honor con el Reino de Akaba, que es el reino ético de los magos de las palabras.

Para ello el joven Samuel deberá completar una arriesgada misión en tierra vikinga, que es un completo tratado de un buen libro de aventuras y viajes:  pleno de monstruos, animales fantásticos, dificultades sin cuento, piedras mágicas, brujas y pócimas y la eterna lucha entre el bien y el mal, es decir entre el buen dios y el demonio (aunque aquí sean Odín y su hermanastro Hodur).

Todo ello, eso sí, acompañado por la bella vikinga Freya, que servirá de contrapunto entre aquel paraíso perdido y el mundo actual de Samuel, a través de una amistad creciente e incluso de un amor entreverado y romántico.

Se lo pasarán bien con este libro. En él  se exhibe un gran derroche de imaginación y donde, a cada dificultad superada , espera la siguiente, todavía más arriesgada.

Y conocerán y disfrutarán de la mitología vikinga, en aquella época en la que los hombres hablaban y negociaban a diario con sus dioses, mientras blandían su espada contra dragones, serpientes gigantes y monstruos de toda calaña, que trataban de impedirles el cumplimiento de la misión que tenían encomendada y en la que creían.

Y, todo ello, narrado con la convicción de este autor que decidió, un día, ser súbdito del Reino de las Palabras  en aquellos atardeceres bálticos. Y vivir y hacernos ver, a los demás, su magia.

FRANCISCO RODRIGUEZ TEJEDOR
Ha publicado entre otras obras: “Memorias del Sauce Curvo”,  “El día que fuimos dioses” y “Los mejores 101 momentos de amor”.